lunes, abril 14, 2008

Top 7: “El hombre-lobo en el Cine” por J. P. Bango

INTERESANTE RANKING , CLARO QUE PARA NOSOSTROS EL LUGAR 6 DEBERIA ESTAR EN EL UNO.

Tras el éxito de "Top 7: El Vampiro en el Celuloide", J.P. Bango nos ofrece un nuevo ránking dedicado a sus siete títulos favoritos en torno a la figura del hombre lobo en el cine.


1 Lady Halcón / Ladyhawk, 1985 (Richard Donner)

La más inconvencional de cuantas películas sobre hombres-lobo ha conocido el Séptimo Arte también es una de las más brillantes historias que éste que escribe ha tenido por suerte visionar. Reivindicación ultrarromántica del mundo de las leyendas y de las complejidades (des)mitificadoras que las definen, la película de Richard Donner aún conserva el aroma de película de aventuras, de historia de amor primaria y universal de toda la vida. Una mujer-halcón y un hombre-lobo se ven condenados, por cuenta de una maldición proferida por un obispo resentido, a pasar el resto de sus días juntos pero sin la compañía del otro, transformados en animales o en personas, sin que ninguno de estos dos caracteres puedan coincidir entre sí cuando están juntos. Una película maravillosa, de ritmo cimbreante, sustentada por la composición pictográfica de Vitorio Storaro, aquí enamorado –y quién no- de los bellos ojos de Michelle Pfeiffer. Ni siquiera la estruendosa –y anacrónica- música de Andrew Powell desluce el conjunto. Imprescindible.

2 En Compañía de Lobos / The company of wolves, 1984 (Neil Jordan)

El mito del Hombre Lobo desposeído de vertientes terroríficas, incluso de su concepción de mito. "En Compañía de Lobos" toma su punto de partida de la literatura de Ángela Carter y del cuento de Perrault, "Caperucita", con similares intenciones a las pergeñadas por Atom Egoyan en "El viaje de Felicia" o por Matthew Wright en "Freeway". En este contexto cuasi literario, plagado de suculentas metáforas (visuales o no), los lobos del título no son sino los hombres a los que debe enfrentarse la niña antes de poder alcanzar su plenitud vital. El resultado es una magnífica fábula, repleta de simbolismos, de apariencia barroca y onírica, que sabe mejor con el paso del tiempo, tanto que hace recordar aquellas fechas en las que el bueno de Neil Jordan aún tenía algo que decir en este mundillo cinéfilo.

3 Ginger Snaps / Ginger Snaps, 2000 (John Fawcett):

Moderna cinta de culto, de inspiración cronenbergiana, travestida de película costumbristo-existencial que narra, de primera mano, el problema de la mocedad a modo de cuento de terror contemporáneo. Un par de hermanas, también amigas, sucumben a la maldición licantrópica por cuenta de un animal ansioso de sangre fresca. Y sí. Como es habitual en el género, las metáforas contenidas en su argumento nos hablan sucintamente de los cambios hormonales (aquí directamente asociados a la menstruación) desde una perspectiva similar a la ya mostrada por Brian de Palma en "Carri"e. Como en ésta, la cinta se repleta de ingentes dosis de casquería, crisis adolescentes y un entorno castrador. A descubrir.

4 Aullidos / The howling, 1981 (Joe Dante)

Cinta de terror y misterio, lúcida mezcolanza en formato de serie B entre cine licantrópico y el de pshycokiller, la historia de esta presentadora de televisión atrapada en una colonia de hombres-lobo, se recuerda, fundamentalmente, por la rotundidad de sus transformaciones, tanto aquellas que se muestran de forma explícita (espectacular la primera; más artesanal la segunda, completada con una secuencia de dibujos animados en mitad de una escena de sexo en la que el orgasmo se asimila al punto álgido de la transformación), como las que se sugieren, especialmente aquella que pone colofón a la historia: una de las mejores conclusiones de todo el cine de terror contemporáneo.

5 Lobos Humanos / Wolfen, 1981 (Michael Wadleigh)

Cinta de argumento metafórico (y de aires carpenterianos, por cierto), con raíces en el giallo, que traslada el mito de los hombres-lobo a los suburbios de una gran ciudad donde los crímenes de esta raza prohomínida de ascendencia indígena, pasan bastante desapercibidos por la idisiosincracia de una comunidad habituada a despreciar el destino de los desharapados. Cinta cuasi-olvidada, del no menos ignoto Michael Wadleigh, seguramente de culto, y una de mis favoritas: queda dicho.

6 Un hombre lobo americano en Londres / An american werewolf in London, 1981 (John Landis)

Una película de terror que no da miedo; una comedia que pone los pelos de punta. John Landis (cuando de él todavía se podía esperar un producto incontestable) se atreve a redefinir un género hasta entonces caracterizado por las maldiciones familiares, las balas de plata y la dicotomía hydeaniana. Transformado, por cuenta de su humor, en carne de cañón de adolescentes y demás aficionados adictos a la complicidad, "Un hombre lobo americano en Londres" será, sin embargo, recordada por los efectos de maquillaje del gran Rick Baker, que no solo logró un Oscar con la caracterización/transformación de David Naughton, sino que le aseguró el futuro de por vida.

7 Dog Soldiers / Dog Soldiers, 2002 (Neil Marshall):

Delirante subproducto de terror que mezcla en una coctelera selecta segmentos de gore, comedia, cine bélico, western y aventura. Definida por su alta dosis de ritmo y descaro, en realidad, "Dog Soldiers" no es sino un festín sangriento en el que también tienen cabida la consabida relación de referencias cinéfilas (coronada, como ya es habitual en las películas de sitiados, con la de "La Noche de los muertos vivientes"). En la retina nos quedará, para siempre, la secuencia del superglú. Un divertimento a costa del (sub)género, desposeído de pretensiones, y que empieza a mostrar, aun en su trazo más grueso, el alento de Neil Marshall.

Por J.P. Bango

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